Far away, across the field
the tolling of the iron bell
calls the faithful to their knees
to hear te softly spoken magic spells

Pink Floyd, time

viernes, julio 21, 2006

No saco la bandera

Este veinte de julio no saqué la bandera. Más bien me quedé pensando porqué en otras ocasiones si lo había hecho. Tengo un sentimiento raro hacia esa "patria" de la que tanto se habla, de esa "nación" a la que supuestamente pertenezco. La verdad me inclino por no aceptarlo. El nacionalismo, creo yo, un propósito muy específico que no comparto. El nacionalismo elimina la diferencia dentro de un territorio, homogeniza, incluso si para ello se necesita la vida de los diferentes. A la vez, el nacionalismo crea diferencias irreales con quienes habitan por fuera de ese territorio, separa las gentes de forma artificiosa, y las enfrenta.

Para nadie es un secreto cómo se construyeron las "grandes" naciones europeas y norteamericanas. Básicamente con la eliminación de la diferencia, tanto racial, como religiosa, y en muchos casos ideológica. En el reino unido se eliminó el catolicismo, en los Estados Unidos se cometió el más grande genocidio (mayor que el nazi) con la eliminación de los nativos. En Alemania ya sabemos qué pasó. Todo esto en el nombre de la nación. El nacionalismo, en este sentido, es una herramienta de los gobiernos para hacer que los pueblos fervorosos sigan las órdenes de forma acrítica. Por ejemplo, cuando los gobiernos se sienten amenazados a lo primero que aluden es al interés nacional para justificarse, y en caso de necesitar que los jóvenes se enlisten en el ejército no hay nada más efectivo que pedirles que luchen por su patria.

Ahora bien, se puede decir que el nacionalismo ayuda al progreso y la solidaridad entre quienes viven en el mismo territorio. Es posible. Pero también ayuda a separar a las gentes. Por ejemplo, a separar a los pueblos europeos de los del sur, y así evitar que los habitantes de las ex colonias vayan a disfrutar de la riqueza de sus metrópolis. Y esto por no ser de la misma "nación". Yo creo que la diferenciación territorial que tenemos hoy es dañina, y entre menos la prolonguemos mejor.

Por eso no saco mi bandera. No sé de quién estoy siendo un peón cuando me siento "colombiano", del estado, del mercado o de quién. Y qué es eso que me hace colombiano?. Tampoco me siento extranjero, eso sería jugar el mismo juego que estoy criticando. Simplemente no me gusta la división entre lo doméstico y lo internacional. Más bien me gusta sentirme parte del planeta, sin mayor diferencia con los que están al otro lado del mundo. A la vez, me gusta identificarme como miembro de grupos sub nacionales y trasnacionales, que escapan a la identificiación nacionalista. Obviamente no puedo escapar a la lógica de la nación. Lo que espero hacer es vivir la nación como una forma de comunidad, entre miles de otras, y así no darle tanto peso como para que imposibilite las demás.

Ejercicio de mecanografía


Este es un ejercicio de escritura. Quiero aprender a escribir sin mirar las teclas, solo la pantalla. Creo que voy más o menos bien. Pero aún me cuesta mantener la brújula de las manos sobre el teclado.

Bueno, y ya que estoy en estas tengo una confesión que hacer. Me siento terriblemente poco inspirado y cerrado para escribir últimamente.

Cuando niño solía escribir bastante. Ahora sólo escribo en los momentos de más cruel soledad. Usualmente en los cafés o restaurantes a los que voy solo. La verdad me gusta ir solo a esos lugares. Tienen algún aire a aeropuerto, a partida.

Eso es lo que he hecho toda mi vida. Partir. Eso es lo que parece que seguiré haciendo. Partir. Del Refous al Claustro, del Claustro al CIEDI, del CIEDI al Claustro, del Claustro a Brighton (Ing.), de Brighton a los Andes, de los Andes a Copenhague (Din.), de Copenhague a Bogotá, y pronto, de Bogotá a ¿berkleley?, ¿Princeton?, será que soy demasiado iluso y voy a terminar en el Dallas Institute of Bullshit?

No es que mi vida se reduzca a la soledad. Es solo que mis escritos sí lo hacen últimamente. Me gustaría empezar a escribir más. Más cuando esté alegre. Más cuando esté muy bien acompañado.

Acaba de pasar mi cumpleaños. Wow!, creo que nunca había estado tan bien consentido. En algún momento del lunes, cuando me visitaban mis amigos paré un segundo y empecé a mirarlos a todos. Todos muy cercanos, todos me han hecho feliz en los últimos meses. Carajo!, que putería de gente la que me acompaña.

Eso de la soledad me lo imprimí yo. Y a propósito.

Yo decidí, y no cambio esa decisión, partir a cada rato. Y empezar de cero. Empezar de cero las compañías, los amores. También he sido tremendamente egoísta. En cada lugar hago lazos muy fuertes, quiero mucho y me hago querer. Y me voy.

En fin. Este ejercicio de mecanografía se convirtió en otra cosa. En especial porque no he hecho más que mirar el tablero mientras escribo. Pero ha sido reconfortante. Empecé a escribir de nuevo. Lo seguiré haciendo.